26 marzo 2006

Contumacia y surrealismo

Que no voy. Que no voy otra vez. De repente, unas horas antes compro las entradas para el concierto.
Hay que ir. El chu viene desde Kansas.
Mierda, en 7 trenes no hay ninguna plaza.
¿¿Qué hay en Madrid ese jueves además del atasco brutal de rigor y el concierto de Loquillo???? La madre que parió a los de RENFE.

Mierda, no llego. Gestiones, idas y venidas. No comida, no tren, sí autobús. 3 horas y 45 minutos.
Al final llego. Mic y yo aparecemos en La Riviera. Suena "Veteranos".
Mierda, nos hemos perdido "Rock and roll actitud", una de mis preferidas.
Bestial "Todo el mundo ama a Isabel", una canción que empieza diciendo "Todo el mundo quiere oler sus medias".

Buscamos. Encontramos a Ramón. Al rato se consuma la sorpresa más contumaz de las sorpresas: Encontramos al Chu. Chu flipa. Nadie iba a ir al concierto, y allí estabamos 4 cabezones juntos en lo imposible.
Ese Rompeolas. Una canción lenta en la que la gente salta.
Ese Igor destruyendo la guitarra con saña y probablemente con alguna sustancia estupefaciente en el cuerpo. Sabor a Rock ´n Roll brutal. Loco mira sonriendo, impasible, y en actitud chulesca cómo Igor castiga con latigazos su guitarra eléctrica en el suelo.

Ya sólo falta Sabino:

"Madrid, sólo hay un secreto que me lleva hasta tí. Que ha muerto el silencio en las calles... de Madrid"

Que cabrón, menuda entrada!!! A eso le sucedió "Rock´n Roll Star" y ese siempre perfecto final de orgías y juergas, de muerte y de vida. La canción orgasmo, que fue culminación de la más absoluta contumacia. "Un cadillac solitario".

Esa foto con el papel del orden de las canciones diciendo "la hija".

Noche de rock, de primos, pero sobre todo de amigos, de sorpresas que no sorprendieron o sí, de locuras que no lo son tanto, noche de vida.

Sanfos, Peroné. Maldito y a la vez bendito peroné que permitió que nos juntásemos 13 personas en tu casa el viernes. Invasión cabez, pizza, copas...

Pablo, recordamos cómo tomaste la Bastilla, o mejor dicho, cómo La Bastilla te tomó a tí. Todos sentimos una profunda envidia de la mala. Que ca, en los calabozos de la Bastilla y sin estar de visita turística!!!



22 marzo 2006

El post más importante de mi vida: Poder escribirlo.

Uffffffff. No me lo puedo creer. Menos mal!!! Es lo que llevo 29 horas sin parar de pensar, aproximadamente.
En este momento me sería fácil escribir un relato poético de cómo la vida se puede ir en 3 segundos, cómo la muerte pasa de largo y mil cosas más. Pero no quiero quedarme en el morbo del riesgo, de una situación límite. Simplemente prefiero sacar conclusiones de la lección que aprendí ayer.

Unos pensarán que nos salvó la suerte. Otros que fue la mano de Dios la que evitó que nos hicieramos daño. Otros que fue el instinto. Desde luego, no fue la pericia en la conducción.

Yo como creyente os puedo confesar que al iniciar el viaje tuve una breve oración en la que le hablé y le dije:
"Siento no haberte hecho la acostumbrada visita dominical, pero haz el favor de cuidarnos en este viaje. Que no nos pase nada."
Por supuesto sabed que la virgen del Pilar tendrá su visita de rigor y puede que su vela.

Si acaso, el conductor fue culpable de la imprudencia de ir demasiado deprisa. Con ello no me refiero a que rebasara los límites, porque no estoy seguro de que lo hiciera. Simplemente que si hubiera ido más despacio, probablemente no hubiera ocurrido nada, aunque tampoco se puede asegurar al 100%. No os preocupéis por eso. No tengo un gran sentimiento de culpa, pero sí que me siento responsable (no creo que sea exactamente lo mismo).

Estoy bien sobre todo porque no os ocurrió nada. Si no hubiera sido así me habría costado mucho salir de ésta, estaría realmente hecho polvo aunque tuvierais heridas leves. La verdad, he pensado mil veces sobre ello. Ya no sólo por ser los simples ocupantes del vehículo que yo conducía, sino sobre todo porque os quiero muchísimo.
Sois todos personas importantes en mi vida y en la de mucha otra gente, y muchas veces cuando llevas a más personas en el coche no eres consciente realmente de que tienes sus vidas en tus manos, y con ellas el posible sufrimiento propio, el de muchos familiares, de amigos, etc. Siento mucho el susto y el destroce del coche.
Yo siempre soy más prudente cuando voy con gente, pero ayer comprobé que no es suficiente. Milagrosamente pude o pudimos aprender la lección sin consecuencias graves.

Miguel y Adriana, ahora sólo espero que se nos termine de pasar el susto a todos, que el seguro arregle el coche y que nunca en la vida vuelva ninguno de nosotros a estar tan al borde del desastre.

No era nuestra hora.
Nos quedan cosas muy importantes que hacer en la vida.
Nos quedan muchos surfaris juntos, con lluvia o sin ella, con olas o sin ellas, con chicas o sin ellas.
Nos quedan muchos cortos absurdos que rodar, muchas tonterías que decir, muchas chicas a las que tirarles los trastos y fracasar porque se las lleva el Chu, muchas cenas en el chino de nunca, muchos espaguetis que tirar contra paredes recién pintadas, muchos golpes de mazo que recibir en la cabeza, muchos mojitos que beber, mucho pescaito que comer, muchas tripoleras que agarrar, muchas fiestas por organizar...

Nos quedan demasiadas personas a las que hacer sonreir, demasiadas personas a las que hacer felices.

"Aparcando" un poco el tema, lo pasé genial en Conil. Adri, eres una amiga estupenda, eres una novia de primo estupenda, y nos cuidaste muchísimo. Estuvimos todos muy a gusto. Muchísimas gracias por la invitación.

Eso sí, a partir de ahora las cosas con mucho más cuidado y prudencia, que creo y espero que con "un aviso" será suficiente.

Me alegro muchísimo de poder contarlo y poder mandaros a todos un beso enorme.

03 marzo 2006

Pararse un ratito

Escrito hace 4 días

Ultimamente estoy haciendo un esfuerzo por reencontrarme y por remotivarme en aspectos de la vida en los que no encuentro aliciente, pese a que son prioridades.
Muchos han "sufrido" mi motivación extra por vivir y aprovechar el tiempo llenándolo fundamentalmente con ratos de ocio en los que yo contribuyo a animar el cotarro hasta el final.

Sin embargo desde hace tiempo me he encontrado un poco desmotivado en mi valoración personal. Puede que debido a la importancia que doy a creer de verdad en las metas y en los objetivos, y en la actitud para alcanzarlos haya sobrevalorado mis capacidades, y ahora quizás estoy en un momento en que las infravaloro.

Muchas veces me veo como un Raúl, que corre mucho, pero no es un corredor del montón, sabe regatear pero no es ni de lejos de los mejores regateadores, sabe tirar y no es de los mejores tiradores. Como un Loquillo con más de 30 años de Rock´n roll, toda una leyenda que no sabe tocar ni un acorde en la guitarra y que ha compuesto unas pocas canciones de las decenas que tiene en su repertorio...
La diferencia es que Raúl mete goles y Loquillo pese a todo sigue vendiendo discos y llenando salas de conciertos.

Yo creo que Dios existe, creo que Jesús existió y creo en sus valores y en que la vida es fundamentalmente para amar, y después para lo demás, que viene detrás.

Ayer me paré un ratito antes de irme a dormir para orar.
Ayer hablé con Dios, y me dijo que yo era hijo suyo, criatura suya, y que infravalorándome despreciaba su amor por mí y el cariño que puso al crearme. Eso fue lo fundamental de la conversación, y creo que necesitaba tiempo para asentarlo, porque esta mañana parecía que esa conversación no hubiera existido, ya que enseguida se me ha olvidado lo que me dijo. Ahora lo he recordado, y para evitar que se me vuelva a olvidar, aquí dejo constancia de ello.
Y ya de paso añado la siguiente reflexión:
Todas las personas son criaturas de Dios, en cuanto que Dios creó la vida. Todos por el hecho de existir merecen ser tratados con el mismo amor que un padre o una madre tiene por su hijo.
Los homosexuales son igualmente hijos de Dios, y no merecen un "trato aparte", sino un trato con el mismo amor que los demás. Cuando yo hago daño a alguien, me lo hago a mi mismo, en cuanto a que comparto con él mi origen, que es la vida propia, y por tanto el haber sido creados por Dios.
Suelo intentar escribir pensando en las personas que no creen en Dios para que lo que escribo les sirva igualmente, pero mi creencia es importante en mi vida, porque en momentos difíciles como ayer, en que estás hundiéndote en arenas movedizas, te coge con brazo fuerte y te saca enseguida. Pese a ello no creo que mis planteamientos deban ser desechados por creer, porque creo que en el fondo son igual de válidos para el hombre aunque Dios no exista, aunque creo que en las personas que tienen la suerte o la desgracia de creer, sirven el doble.