Batalla contra la vergüenza

Acabo de llegar de tener una corta batalla contra la vergüenza. He cogido el 38 y me he encontrado a una chica que iba al mismo colegio que yo. Por suerte o seguramente más bien por desgracia, nunca coincidimos en clase, por lo que prácticamente no la conozco. Sólo he hablado con ella un par de veces, en las que me pareció una chica bastante simpática pero callada.

Cuando ella ha subido al autobús he dudado si saludarla o no, y claro, he pensado que como prácticamente no la conozco, al saludo inicial le seguiría la típica conversación de besugos en la que los dos nos íbamos a encontrar incómodos, por lo que he decidido no decirle nada.

Pero, cuando ya ha terminado de subir, me he fijado más en ella y he visto que encarnaba a la perfección eso de "joe, que guapa está con lo sencilla que va" y claro, me han entrado unas ganas brutas de decírselo.

Morena de pelo liso recogido en una coleta, camiseta de tirantes anchos marrón con un jersey blanco en los hombros, pantalones vaqueros y menorquinas en los pies. De complementos, muy importante: unos pendientes de perla pequeñitos, gafas de sol en la cabeza y un bolsito beige claro.

Bueno, pues todo el trayecto del bus con una lucha interna bestial. En un lado de la balanza pensaba: Lo guapa que va merece un reconocimiento, porque ese estilo es mérito suyo y tengo lo que hay que tener para decírselo. Además aunque lo pase ella mal por la vergüenza, no creo que le disguste que se lo diga...
Pero en el otro lado de la balanza había una TIMIDEZ y una VERGÜENZA (con mayúsculas) que por desgracia en esta ocasión han pesado demasiado y han derrotado mi pasión. ;) Lo que más me jode es que pensaba: "el cabrón de wonchu (primo) lo haría sin dudar...", pero yo no soy Wonchu, soy Charles, y no he sido capaz...

Pero esto ha sido sólo una batalla, y prometo que la próxima venceré a la timidez, y como mereces te diré que estabas guapísima, Isabel Arrieta.