22 marzo 2006

El post más importante de mi vida: Poder escribirlo.

Uffffffff. No me lo puedo creer. Menos mal!!! Es lo que llevo 29 horas sin parar de pensar, aproximadamente.
En este momento me sería fácil escribir un relato poético de cómo la vida se puede ir en 3 segundos, cómo la muerte pasa de largo y mil cosas más. Pero no quiero quedarme en el morbo del riesgo, de una situación límite. Simplemente prefiero sacar conclusiones de la lección que aprendí ayer.

Unos pensarán que nos salvó la suerte. Otros que fue la mano de Dios la que evitó que nos hicieramos daño. Otros que fue el instinto. Desde luego, no fue la pericia en la conducción.

Yo como creyente os puedo confesar que al iniciar el viaje tuve una breve oración en la que le hablé y le dije:
"Siento no haberte hecho la acostumbrada visita dominical, pero haz el favor de cuidarnos en este viaje. Que no nos pase nada."
Por supuesto sabed que la virgen del Pilar tendrá su visita de rigor y puede que su vela.

Si acaso, el conductor fue culpable de la imprudencia de ir demasiado deprisa. Con ello no me refiero a que rebasara los límites, porque no estoy seguro de que lo hiciera. Simplemente que si hubiera ido más despacio, probablemente no hubiera ocurrido nada, aunque tampoco se puede asegurar al 100%. No os preocupéis por eso. No tengo un gran sentimiento de culpa, pero sí que me siento responsable (no creo que sea exactamente lo mismo).

Estoy bien sobre todo porque no os ocurrió nada. Si no hubiera sido así me habría costado mucho salir de ésta, estaría realmente hecho polvo aunque tuvierais heridas leves. La verdad, he pensado mil veces sobre ello. Ya no sólo por ser los simples ocupantes del vehículo que yo conducía, sino sobre todo porque os quiero muchísimo.
Sois todos personas importantes en mi vida y en la de mucha otra gente, y muchas veces cuando llevas a más personas en el coche no eres consciente realmente de que tienes sus vidas en tus manos, y con ellas el posible sufrimiento propio, el de muchos familiares, de amigos, etc. Siento mucho el susto y el destroce del coche.
Yo siempre soy más prudente cuando voy con gente, pero ayer comprobé que no es suficiente. Milagrosamente pude o pudimos aprender la lección sin consecuencias graves.

Miguel y Adriana, ahora sólo espero que se nos termine de pasar el susto a todos, que el seguro arregle el coche y que nunca en la vida vuelva ninguno de nosotros a estar tan al borde del desastre.

No era nuestra hora.
Nos quedan cosas muy importantes que hacer en la vida.
Nos quedan muchos surfaris juntos, con lluvia o sin ella, con olas o sin ellas, con chicas o sin ellas.
Nos quedan muchos cortos absurdos que rodar, muchas tonterías que decir, muchas chicas a las que tirarles los trastos y fracasar porque se las lleva el Chu, muchas cenas en el chino de nunca, muchos espaguetis que tirar contra paredes recién pintadas, muchos golpes de mazo que recibir en la cabeza, muchos mojitos que beber, mucho pescaito que comer, muchas tripoleras que agarrar, muchas fiestas por organizar...

Nos quedan demasiadas personas a las que hacer sonreir, demasiadas personas a las que hacer felices.

"Aparcando" un poco el tema, lo pasé genial en Conil. Adri, eres una amiga estupenda, eres una novia de primo estupenda, y nos cuidaste muchísimo. Estuvimos todos muy a gusto. Muchísimas gracias por la invitación.

Eso sí, a partir de ahora las cosas con mucho más cuidado y prudencia, que creo y espero que con "un aviso" será suficiente.

Me alegro muchísimo de poder contarlo y poder mandaros a todos un beso enorme.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Precaucion. Alguien te guarda ahi arriba. Menos mal que lo has podido contar!!

8:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por mucho tiempo....
Bienvenido de nuevo

12:37 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

nadie dudaba que no era tu hora...

11:22 a. m.  

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