Las canas merecen un asiento

No entiendo muy bien por qué la gente en Zaragoza hace tan mal uso del Bus Urbano. Sobre todo siendo el único transporte público de "masas" de la ciudad. Son varias cosas las que no entiendo:

No entiendo esa manía por quedarse en mitad del autobús de pie cuando ya no quedan asientos. Parece que piensen: "Vamos a hacer un tapón en mitad del autobús para que no se pueda llenar entero y haya gente que se quede sin poder subir"

No entiendo esa manía por sentarse en el asiento que da al pasillo dejando el de la ventana libre. Parece que estén diciendo: "Ni se te ocurra sentarte a mi lado"
Me parece que no es una actitud educada. Me da igual si les gusta más el sitio o creen que se van a bajar pronto. Lo lógico es que faciliten el asiento a los viajeros que suben después, y si bajan antes que ellos, pues se pide paso cuando te toque bajar y se acabó. Yo nunca he visto a nadie sentado en el lado del pasillo negar el paso cuando le dices: "¿¿me dejas bajar??" Parece como si te fuera a contestar: " No mira, no me apetece que te bajes ahora.

Hay otra cosa peculiar, que es el tema de ceder el asiento a ancianos y embarazadas. Me parece que manda huevos que hayan tenido que poner carteles de "sea amable, ceda el asiento", pero si lo han hecho por algo será, y supongo que la gente pasa de cederlo en demasiadas ocasiones...

Hay una situación entre cómica y grotesca que se produce cuando alguien abandona su asiento cerca de un anciano y éste le da las gracias y la persona recién levantada le dice que se bajaba ya... (vamos, que no le ha cedido el asiento por educación)
No es por nada, pero eso y llamarle maleducado es lo mismo.
A mi me resulta bastante fácil pensar cuando veo a un anciano que podría ser mi abuelo, y que me gustaría que le dejasen sentar y salvo que esté dormido o atontado, que a todos nos puede pasar, me levanto al instante, aunque normalmente cuando sé que el bus va a ir lleno prefiero no sentarme y dejar que la gente mayor encuentre directamente libre su sitio y no tengan nada que agradecer.

A todo esto una anécdota de mi abuelo. Hace unos 6 0 7 años, mi abuelo tenía 88 aproximadamente, y físicamente estaba bastante bien (para su edad increíble). Bueno, pues ibamos los dos en el autobús en Madrid, y se sentó en un asiento libre que abandonó a la mayor celeridad cuando se acercó una "abuela" por lo menos 20 años más joven. Claro, imaginad la cara de la abuela y del resto del pasaje. Máxime cuando mi abuelo insistía cabezota en que ocupara su asiento. Por supuesto, entre las personas sentadas había gente joven a la que creo que mi abuelo dio una lección brillante, como a mí.
Son pequeñas cosas que nunca se olvidan, abuelo. Muchas gracias.

Nosotros somos los que tenemos mucho que deber y que que agradecer a la tercera edad, que se nos olvida demasiadas veces que ellos también han sido jóvenes fuertes y que nosotros seremos ancianos en el futuro y querremos que nos dejen un asiento en el autobus para no fatigarnos.